Andrés Felipe
Ramírez Arcila
Licenciatura en
Educación Básica con Énfasis en Ciencias Sociales.
universidad del valle.
La segunda guerra
mundial pensarla como un evento implementado es bastante cuestionable, pues esta era la pregunta que se nos hacía
para un parcial de historia por un profesor experto en el tema. ¿Cuál era el
fundamento por el que las potencias implementaron la guerra?
Sí revisamos
detenidamente cada palabra, interpretaremos que hay una intención en la
pregunta y es afirmar aquellas razones
de peso por las cuales participaron las potencias, lo que me causa dificultad es
interpretar la palabra implementación y ya diré porque. Pero primero diré que no
fue un solo fundamento sino diferentes fundamentos de todo tipo y promovidos
desde grandes potencias hasta potencias medias.
Ahora sí también podríamos
afirmar que hubo implementación de estrategias y métodos militares, planes y
políticas, capitales y tecnología, pero aun así esto no recoge todo lo que
significo este hecho histórico[1]
para definirlo como algo implementado.
La guerra más allá
de ser un hecho producido, comprender su dimensión requiere analizarlo en un
amplio repertorio de acciones de todo orden que como consecuencia de ellas conduciría a su estallido con eco en todos
los continentes del mundo.
Cuando menciono
todo me refiero a fijar la atención en aquellas acciones bélicas y
diplomáticas, de decisiones ambivalentes y decisiones radicales, de bandos
opuestos que se apoyaban y bandos aliados que
se alejaban. De razones débiles y de emociones fuertes, de intereses de largo plazo y de perdidas
irreversibles, de estrategias y de tácticas proyectadas en espacios fijos y
cercanos como también en espacios
remotos.
Teniendo presente
ese conjunto de premisas considero que es bastante reduccionista y nefasto
afirmar que la guerra ha sido algo como un instrumento que se implementa, si
hacemos una revisión de este concepto nos damos cuenta que su definición se remonta más a la ejecución de
un plan, una política o un programa,
pero una guerra desborda el alcance de cualquiera de estos y conlleva a
resultados impensables e irreparables.
No es un asunto
desarrollado por un mero actor, donde sus intenciones hayan sido las únicas que
primaron y por las cuales se impuso la guerra, observemos detalladamente el
campo de posibilidades de cada potencia, sus expectativas y limitaciones, la
posición antes y después de la guerra, el margen de acción de los gobernantes y
el peso decisorio de los gobernados para cualquier intervención, el papel del nacionalismo, las ideologías, la
religión, la cultura y todo el contenido político e histórico que condiciona la
participación de una nación en un juego global por el poder. Toda una serie de
acontecimientos que sin tenerlos presentes sería irrealizable una comprensión
exhaustiva y más o menos sistémica de lo
que fue la guerra mundial.
Por lo tanto termino
diciendo que pensar la guerra en términos de un aparato que se activa con
presionar un botón o hacer o ligada a una mera acción de un participante es
instrumentalizarla al estilo de un arquetipo industrial, es como pensar que es una máquina que se
detono por sí misma y tiene su propia autonomía. Hecho que es incongruente e
incompatible reconociendo el ardo esfuerzo de exploración, indagación y
análisis de los historiadores, que llegan a interpretaciones muy bien
elaboradas respaldadas por cientos de fuentes y demás información, construyendo
un conocimiento próximo de los hechos. Donde hacen de forma muy precisa la
multicausalidad, los antecedentes, las acciones[2]
y la estructura, reconociendo de este modo las múltiples acciones de cada
participante y las consecuencias de esas acciones en el escenario mundial,
donde el conjunto de ellas sin excepción hacen efectivamente el escenario tan
lamentable y destructor de una gran guerra mundial.
[1] Si hablamos de que es un hecho histórico es vista su consecuencia para
los años venideros un nuevo orden mundial, un afianzamiento de valores
americanos como libertad y democracia y
la promoción de estilos de vida apolíticos que se anclaron a la vida de
consumo.
[2] Acciones como estrategias y tácticas unas más letales que otras, pero
también diferentes sustentos políticos que las cultivaban como también
desarrollos científicos que se expandían por todo el globo terráqueo,
diferencias culturales y raciales que se imponían, gobiernos de diferentes
matices y modos particulares de concebir la nación, el progreso, la sociedad y
el Estado.
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