POR:
ANDRÈS FELIPE RAMÌREZ.
Dar un vistazo al
panorama nacional es desconcertante, la situación actual no da espacio
para una salida inmediata, el gobierno no la tiene, las diferentes propuestas
de los representantes y líderes campesinos en la mesa de negociación en Tunja
están lejos de las posibles soluciones que este pueda ofrecer.
A pesar de que se
estudie soluciones que atiende a necesidades precisas como: control de precios
de fertilizantes y plaguicidas, importación directa de insumos, la lucha anti
contrabando en las fronteras, la compra de leche que en algunas zonas se está
derramando, salvaguardias para evitar la importación de productos que llegan a
precios irrisorios entre otras. Son todas respuestas que debieron haberse ido
atendiendo desde tiempo atrás.
El gobierno de Juan
Manuel Santos es un actor más quizás el de mayor incidencia en el contexto
actual, sin embargo esta crisis se ha venido gestando desde los anteriores
Gobiernos que han pasado en la administración del Estado.
Demás funcionarios;
congresistas, senadores y representantes que han permitido la aprobación de
políticas de libre comercio dando su mayor esfuerzo para sacarlas adelante, lo
crítico es que mientras gestionaban tales políticas desentendieran
problemas reales que afrontaban la clase campesina, problemas tanto
superficiales: los precios de sus instrumentos e ingredientes de trabajo hasta
los más profundos como la discusión de una reforma agraria que respondiese a
tan lamentable situación de concentración de tierras como claramente los
expresa Daniel Samper.
¿Y
cómo no rebelarse ante el estado del campo colombiano, agobiado por la
violencia, el despojo, la injusticia, el abandono? Según reciente estudio
(Balcázar y Rodríguez), “los índices de concentración de la tierra en Colombia
son de los más elevados del mundo”: el 70 por ciento de los predios son dueños
del 6 por ciento de la tierra y solo el 1 por ciento tiene el 43 por ciento.
Un problema que es
fundamental en la agenda política pero que ha sido empolvado y solo sacado a
luz para dar unos cuantas maquilladas, como son los programas de restitución de
tierras, que aunque atiende a una necesidad tangente no resuelve el
meollo de raíz.
El paro agrario
impulsado por el sector campesino y al cual se la añadido algunos grupos
sindicales y sobre todo la población estudiantil, es uno de los efectos
inmediatos causados por la implementación del modelo económico Neoliberal
que en combinación con la precariedad del Estado para garantizar tanto la
productiva como la distribución de alimentos al interior del país ha
confabulado para dar un grito de no más, un rechazo contundente a dicho modelo
que revienta por uno de los tantos sectores que agobia por su impertinencia a
las atenciones sociales del ciudadano colombiano.
Ante tal evento el
Gobierno de Juan Manuel Santos presenta como alternativa posible tomar medidas
terribles como la militarización de la ciudad capital y el levantamiento de los
paros en todo el país desplegando aproximadamente 50000 hombres de la armada
nacional.
Una respuesta que
seguramente desde muchos de los hogares convencionales colombianos es necesaria, postura que se ha ido
alimentando desde los medios masivos como (RCN y CARACOL) que se han empeñado
en mostrar los daños, los alborotos, las posibles filtraciones en las marchas,
el desperdicio de frutas y el derrame de leche y muchas acciones de este tipo
que conllevan a que sean estigmatizados y repudiados.
Pregunto ¿Por qué no
muestran las causas? Las razones por las cuales se han visto obligado a hacer
el paro, las manifestaciones pacificas que se han realizado en diferentes
partes del país como la de ayer en la ciudad de Cali, la mesa de negociación
en Tunja para informar acerca de lo que se discute, estos son medios
monopolizados que nada arbitrarios reproducen falsas nociones de lo que
realmente está aconteciendo.
A esto se anexa la
poca educación del ciudadano común que le permitan tener una postura crítica
o por lo menos bien informada de lo que ocurre en medios
alternativos, su imaginario de la vida pública esta netamente construida por lo
que les dice las noticias de los medios mencionados anteriormente.
Solo queda decir que
la posición del Gobierno sea de forma armada o por vía del dialogo se reducirá
a atender una cuestión de manera poca profunda y se reducirá a resolver el paro
a como dé lugar, mientras el problema de raíz continua.