viernes, 30 de agosto de 2013

La protesta campesina en Colombia.

POR: 

ANDRÈS FELIPE RAMÌREZ.




Dar un vistazo al panorama nacional es desconcertante, la  situación actual no da espacio para una salida inmediata, el gobierno no la tiene, las diferentes propuestas de los representantes y líderes campesinos en la mesa de negociación en Tunja están lejos de las posibles soluciones que este pueda ofrecer.

A pesar de que se estudie soluciones que atiende a necesidades precisas como: control de precios de fertilizantes y plaguicidas, importación directa de insumos, la lucha anti contrabando en las fronteras, la compra de leche que en algunas zonas se está derramando, salvaguardias para evitar la importación de productos que llegan a precios irrisorios entre otras. Son todas respuestas que debieron haberse ido atendiendo desde tiempo atrás.

El gobierno de Juan Manuel Santos es un actor más quizás el de mayor incidencia en el contexto actual, sin embargo esta crisis se ha venido gestando desde los anteriores Gobiernos que han pasado en la administración del Estado.

Demás funcionarios; congresistas, senadores y representantes que han permitido la aprobación de políticas de libre comercio dando su mayor esfuerzo para sacarlas adelante, lo crítico es que mientras  gestionaban tales políticas desentendieran problemas reales que afrontaban la clase campesina, problemas tanto superficiales: los precios de sus instrumentos e ingredientes de trabajo hasta los más profundos como la discusión de una reforma agraria que respondiese a tan lamentable situación de concentración de tierras como claramente los expresa Daniel Samper.

¿Y cómo no rebelarse ante el estado del campo colombiano, agobiado por la violencia, el despojo, la injusticia, el abandono? Según reciente estudio (Balcázar y Rodríguez), “los índices de concentración de la tierra en Colombia son de los más elevados del mundo”: el 70 por ciento de los predios son dueños del 6 por ciento de la tierra y solo el 1 por ciento tiene el 43 por ciento.

Un problema que es fundamental en la agenda política pero que ha sido empolvado y solo sacado a luz para dar unos cuantas maquilladas, como son los programas de restitución de tierras,  que aunque atiende a una necesidad tangente no resuelve el meollo de raíz.

El paro agrario impulsado por el sector campesino y al cual se la añadido algunos grupos sindicales y sobre todo la población estudiantil, es uno de los efectos inmediatos causados por la  implementación del modelo económico Neoliberal que en combinación con la precariedad del Estado para garantizar tanto la productiva como la distribución de alimentos al interior del país ha confabulado para dar un grito de no más, un rechazo contundente a dicho modelo que revienta por uno de los tantos sectores que agobia por su impertinencia a las atenciones sociales del ciudadano colombiano.

Ante tal evento el Gobierno de Juan Manuel Santos presenta como alternativa posible tomar medidas terribles como la militarización de la ciudad capital y el levantamiento de los paros en todo el país desplegando aproximadamente 50000 hombres de la armada nacional.

Una respuesta que seguramente desde muchos de los hogares convencionales colombianos es necesaria, postura que se ha ido alimentando desde los medios masivos como (RCN y CARACOL) que se han empeñado en mostrar los daños, los alborotos, las posibles filtraciones en las marchas, el desperdicio de frutas y el derrame de leche y muchas acciones de este tipo que conllevan a que sean estigmatizados y repudiados.

Pregunto ¿Por qué no muestran las causas? Las razones por las cuales se han visto obligado a hacer el paro, las manifestaciones pacificas que se han realizado en diferentes partes del país como la de ayer en la ciudad de Cali, la mesa de negociación  en Tunja para informar acerca de lo que se discute, estos son medios monopolizados que nada arbitrarios reproducen falsas nociones de lo que realmente está aconteciendo.

A esto se anexa la poca educación del ciudadano común que le permitan tener una postura crítica o   por lo menos bien informada de lo que ocurre en medios alternativos, su imaginario de la vida pública esta netamente construida por lo que les dice las noticias de los medios mencionados anteriormente.

Solo queda decir que la posición del Gobierno sea de forma armada o por vía del dialogo se reducirá a atender una cuestión de manera poca profunda y se reducirá a resolver el paro a como dé lugar, mientras el problema de raíz continua.  


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