por:
ANDRES FELIPE RAMIREZ ARCILA.
ESTUDIANTE: LICENCIATURA EN EDUCACIÓN BÁSICA CON ÉNFASIS EN CIENCIAS SOCIALES.
ESTUDIANTE: LICENCIATURA EN EDUCACIÓN BÁSICA CON ÉNFASIS EN CIENCIAS SOCIALES.
El
instrumento (Aprender y Jugar, Instrumento Diagnóstico de Competencias
Básicas en Transición) entiende por competencias básicas como "el
conjunto de conocimientos, habilidades, actitudes, comprensiones y
disposiciones cognitivas, socio afectivas y psicomotoras apropiadamente
relacionadas entre sí para facilitar el desempeño flexible, eficaz y con sentido
de una actividad en contextos relativamente nuevos y retadores”
(Documento No.13, página 49.MEN, 2006). Por lo tanto, las competencias son
aquellas capacidades que posee y desarrolla el niño para acceder al mundo
físico / social y desenvolverse de manera compleja formulando múltiples
cuestiones que hacen parte de su cotidianidad: un dialogo, un juego, una
observación, una reflexión, etc.
En muchas de las actividades que el niño realiza se ve involucrado todo un conjunto de competencias que le permiten interactuar adecuadamente tanto en el medio a que pertenece es decir su hogar como a otros contextos, principalmente en la educación formal, así mismo en cualquier otro de la sociedad como en espacios de recreación, religiosos, comerciales y familiares.
Los niños tienen un saber que les permite desempeñarse adecuadamente en su medio desde antes de ingresar a la educación formal. Han hecho uso y han construido sus capacidades de responder a diferentes situaciones ante contextos variados dentro de su cultura.
Las competencias no permanecen estáticas, ni son fijas de cada edad; al contrario, se transforman, se complejizan y se reorganizan constantemente en el desarrollo. La evaluación que se realiza a través del Instrumento es de carácter cualitativo y se concibe como un proceso continuo y sistemático, que permite a las maestras y los maestros darles cuenta de cómo se transforma el pensamiento de los niños de manera constante y continúa y las formas en que ellos interactúan. De este modo, la evaluación permite generar estrategias educativas que ayudan a los niños a progresar y a transformar.
Es decir que el niño es poseedor de competencias que le permiten el desempeño de su día a día, sin embargo no están totalmente definidas, pues permanentemente se modifican, en el ámbito educativo siempre se ha realizado una evaluación que califica cuantitativa-mente lo que el niño realiza, más no permiten hacer un seguimiento en el desarrollo de dichas competencias que no son cuantifica-bles, sino cualifica-bles entonces lo significativo debe ser el análisis continuo de cambios constantes de las aptitudes, capacidades, comprensiones y habilidades del niño.
Saber que el niño piensa y piensa muy bien, es un elemento que no puede pasar opaca-do a la hora de enseñar, que el niño es poseedor de competencias independiente de su proveniencia, edad o género y el papel del profesor es orientar su desarrollo y no limitarse a determinar si el niño hace las tareas académicas y clarificarlo en un rango negativo o positivo.
Los docentes son actores que deben llevarse el antagonismo en el aula de clase por que los protagonistas son los estudiantes que están en un proceso de formación donde se debe exigir el uso constantes de sus habilidades mediante instrumentos como el juego, la literatura infantil y demás actividades lúdicas que permiten el aprendizaje y por ente el desarrollo de sus competencias de manera constante, todas aquellas experiencias reorganizan su mente y permiten la realización y el desarrollo personal.
Nuestra labor no es ser un obstáculo en sus procesos de aprendizaje y crear frustraciones al momento de calificarlos con bajas notas, seguir con una educación tradicional que ve al estudiante como individuo receptor, pasivo, y estrictamente en función del conocimiento excluyendo sus actitudes, sus emociones, sus sentimientos marginando otros espacios y sin estrategias pedagógicas que involucren el desarrollo en su desempeño como ser social y pensante.
El verdadero objeto de trabajo es promover su crecimiento que no es solo cognitivo, También en otras facetas emocionales, creativas, culturales, sociales, científicas, que en su conjunto garantizan una formación integral, con la cual el estudiante más adelante pueda ejercer una ciudadanía activa, con inclusión social y posibilidades de responder ante una actividad reflexiva acorde al contexto de la sociedad buscando hacer de esta algo mejor.
En muchas de las actividades que el niño realiza se ve involucrado todo un conjunto de competencias que le permiten interactuar adecuadamente tanto en el medio a que pertenece es decir su hogar como a otros contextos, principalmente en la educación formal, así mismo en cualquier otro de la sociedad como en espacios de recreación, religiosos, comerciales y familiares.
Los niños tienen un saber que les permite desempeñarse adecuadamente en su medio desde antes de ingresar a la educación formal. Han hecho uso y han construido sus capacidades de responder a diferentes situaciones ante contextos variados dentro de su cultura.
Las competencias no permanecen estáticas, ni son fijas de cada edad; al contrario, se transforman, se complejizan y se reorganizan constantemente en el desarrollo. La evaluación que se realiza a través del Instrumento es de carácter cualitativo y se concibe como un proceso continuo y sistemático, que permite a las maestras y los maestros darles cuenta de cómo se transforma el pensamiento de los niños de manera constante y continúa y las formas en que ellos interactúan. De este modo, la evaluación permite generar estrategias educativas que ayudan a los niños a progresar y a transformar.
Es decir que el niño es poseedor de competencias que le permiten el desempeño de su día a día, sin embargo no están totalmente definidas, pues permanentemente se modifican, en el ámbito educativo siempre se ha realizado una evaluación que califica cuantitativa-mente lo que el niño realiza, más no permiten hacer un seguimiento en el desarrollo de dichas competencias que no son cuantifica-bles, sino cualifica-bles entonces lo significativo debe ser el análisis continuo de cambios constantes de las aptitudes, capacidades, comprensiones y habilidades del niño.
Saber que el niño piensa y piensa muy bien, es un elemento que no puede pasar opaca-do a la hora de enseñar, que el niño es poseedor de competencias independiente de su proveniencia, edad o género y el papel del profesor es orientar su desarrollo y no limitarse a determinar si el niño hace las tareas académicas y clarificarlo en un rango negativo o positivo.
Los docentes son actores que deben llevarse el antagonismo en el aula de clase por que los protagonistas son los estudiantes que están en un proceso de formación donde se debe exigir el uso constantes de sus habilidades mediante instrumentos como el juego, la literatura infantil y demás actividades lúdicas que permiten el aprendizaje y por ente el desarrollo de sus competencias de manera constante, todas aquellas experiencias reorganizan su mente y permiten la realización y el desarrollo personal.
Nuestra labor no es ser un obstáculo en sus procesos de aprendizaje y crear frustraciones al momento de calificarlos con bajas notas, seguir con una educación tradicional que ve al estudiante como individuo receptor, pasivo, y estrictamente en función del conocimiento excluyendo sus actitudes, sus emociones, sus sentimientos marginando otros espacios y sin estrategias pedagógicas que involucren el desarrollo en su desempeño como ser social y pensante.
El verdadero objeto de trabajo es promover su crecimiento que no es solo cognitivo, También en otras facetas emocionales, creativas, culturales, sociales, científicas, que en su conjunto garantizan una formación integral, con la cual el estudiante más adelante pueda ejercer una ciudadanía activa, con inclusión social y posibilidades de responder ante una actividad reflexiva acorde al contexto de la sociedad buscando hacer de esta algo mejor.
Documento
10 (Desarrollo infantil y
competencias en la primera infancia) del Ministerio de Educación Nacional (MEN)
Documento
13 del MEN (Aprender y Jugar, Instrumento Diagnóstico de Competencias Básicas
en Transición)
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