lunes, 19 de agosto de 2013

El tiempo y el espacio: coordenadas de la vida humana.



por:

Andrés felipe Ramírez Arcila.

 ESTUDIANTE: LICENCIATURA EN EDUACACIÓN BÁSICA CON ÉNFASIS EN CIENCIAS SOCIALES DE LA UNIVERSIDAD DEL VALLE.


El tiempo y el espacio funcionan como un microchip incorporado en el ser humano, absolutamente cada una de las prácticas cotidianas, inclusive el propio y singular hecho de pensarse a asimismo; de ensimismarse, esta condicionado a estas categorías,  son congruentes a la naturaleza misma.

La realidad, se estructura a partir de prácticas que son el producto de una red de acciones motivadas por un conjunto de intenciones de diferentes individuos y a su vez reflejadas en el espacio. Cada comunidad humana crea elementos simbólicos que influyen en sus propias conductas interpretadas de acuerdo a aquellos valores producto de su cosmovisión del mundo. Son representaciones  particulares inmersas  en el tiempo y el espacio.

Categorías que nos son lineales, homogéneos y aunque parezcan elementos que permanecen inalterables, el hombre en el transcurso de  su historia ha demostrado como han sido transformados y se les ha asignado significados particulares. El tiempo recae en la subjetividad, cada individuo lo ve desde su perspectiva, desde su experiencia u circunstancia por lo tanto  es relativo; en ocasiones una hora, un día, una semana parecen interminables,  en otras ocasiones  es muy corto, depende de la actividad o la situación bajo lo cual se esta, no es lo mismo pasar una hora trabajando en una oficina que una hora en una actividad recreativa.

El tiempo y el espacio son indisolubles no se expresa lo uno sin lo otro, parecen conservarse desde siempre y para siempre, no hablamos de un lugar sin un momento, o de un momento sin un lugar.

Actualmente estas categorías parecen recibir un interés mas profundo ante una crisis global donde la incertidumbre es saber, cual es el curso a seguir de los seres humanos, nos enfrentamos a una modernidad liquida como platea Bauman, donde lo que se daña, no se arregla sino que se arroja y esto no se aplica exclusivamente con lo material con los bienes de consumo, esto trasciende cada vez mas a las relaciones humanas, todo se centra en la momentaneidad, lo transitorio, pues cada vez hay mayor inseguridad con respecto al que hacer, y a que decidir.

En otras épocas  todo parecía mas duradero, me estable, más certero, ahora pocos saben que va a  pasar en unos años. Esta es una realidad compleja encrucijada en múltiples caminos, de esta realidad ni el  conocimiento se escapa; los marcos teóricos, los paradigmas, la empírea, la estrategias de aprendizaje, etc..

En la sociedad moderna las relaciones humanas son absorbidas en la misma dinámica, el tiempo y el espacio recobran otro valor, y lo imperecedero se derrumba a velocidades impensables. 

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