jueves, 16 de octubre de 2014

Habitar el espacio simbólico.

Pasar del espacio vacío al espacio contenido material y simbólicamente es un ejercicio abstracto como toda acción de pensar, pero que puede tener implicaciones concretas muy marcadas en nuestro ejercicio de entender nuestros comportamientos como sistemas psíquicos (Seres humanos) en relación al sistema espacial.

Podemos imaginarnos una  experiencia personal como dejar de vivir con los  familiares y  vivir en un apartamento  completamente solo y vacío.

La primera pregunta para entender un espacio contenido es ¿cuantos significados, normas, sentidos, prácticas y recuerdos convergen en el espacio familiar?  pues yo diría que solo basta con recordar todo aquello que sucedió durante un día o una semana en dicho espacio, donde parecen repetirse sistemáticamente una serie de acciones sobre el espacio como salir a la misma hora, almorzar en un espacio fijo, entrar a habituadas horas, obedecer y no cambiar las cosas del sitio donde están al menos que sea con autorización. 

Todas este conjuntos de actividades  son entendibles en ese espacio familiar donde pueden elaborarse interpretaciones de todas las anécdotas y pequeñas ocurrencias del día a día,  pues es el hogar un espacio físico y simbólico que se construye en el marco de relaciones, movimientos y racionalidades construidas en la interacción y en la historia de esa interacción familiar.

Ahora  pasar al apartamento vacío pensándonos en su interior desde la ausencia de elementos físicos (más que los que la conforman) para empezar a ser llenado por objetos materiales como una cama, un mueble, un comedor, un computador etc…  solo es hacer explícito su contenido material, el ejerció consiste en comprender cuando sobre estos objetos y en la interacción con ellos,  ya sea por mis acciones o por mis representaciones de estos, (como defino su organización, la posición de uno con respecto al otro) según mis intenciones y necesidades que pueden ser de tipo fisiológicas como psíquicas, espirituales y sociales recreo una experiencia espacial según las concepciones, usos y emocionalidades  que adjudique a cada elemento.

Por lo tanto cuando mi tiempo, mi vivir, mi pensar y mi sentir se construyen en la relación continua con este orden espacial hablamos de un espacio simbólico, porque es producido por todo el conjunto de significados que culturalmente hay de los objetos y del espacio pero también por los sentidos particulares que surgen en la experiencia de interactuar emocional, física y mentalmente con objetos físicos que pueden atribuírseles distintos significados.

Es decir como un sujeto que a partir de sus operaciones biológicas y cognitivas está en capacidad de construir significados a esa espacio habitado, que es contenido simbólicamente en la medida en que se desarrollan un conjunto de actividades motoras, sociales y culturales que se constituyen en la experiencia de vida y se integran a la dimensión espacial.  



No hay comentarios.:

Publicar un comentario